La explotación maderera, en su mayoría ilegal, cuyos actores principales son los “madereros”, quienes son especialistas en el pago de precios precios irrisorios por cada uno de los árboles que, ingenuamente los comuneros de las comunidades ribereñas o nativas se atreven a vender para resolver algunas necesidades. Si por casualidad son fiscalizadas por Osinfor son sancionadas con fuertes multas y denunciadas por delitos ambientales.
La colonización humana: el fuerte incremento
poblacional desde la década de 1940, se
ha venido dando la ocupación de los territorios amazónicos empezando por los de
la selva alta. La población migrante ha ido ocupando las riberas de los ríos y
quebradas porque ahí se concentran las tierras más fértiles y por la
accesibilidad a los mercados regionales, nacionales e internacionales.
La expansión de terrenos para la ganadería, para la agricultura comercial, siendo uno de los más destructivos las plantaciones de palma aceitera, porque las grandes empresas como el grupo Romero o Melka, lo hacen sobre extensas áreas de bosques primarios y no como la norma lo indica, el Decreto Supremo Nº 015-2000-AG, Art. 1.- Declárase de interés nacional la instalación de plantaciones de palma aceitera para promover desarrollo sostenible y socioeconómico de la región amazónica y contribuir a la recuperación de suelos deforestados por la agricultura migratoria y por el desarrollo de actividades ilícitas, en áreas con capacidad de uso mayor para el establecimiento de plantaciones de esta especie.
La expansión urbana y muchos megaproyectos calificados de “interés nacional” fomentadas desde las políticas de gobierno sin mayor estudio de los impactos en el devenir del tiempo.
Al mismo tiempo se han
introducido una serie de normas para flexibilizar la “tramitología” y reducir
los impuestos de los inversionistas. Todas estas
políticas tienen como consecuencia un aumento incontrolable de la deforestación
en toda la amazonia peruana. Todos, indolentes vemos, hablamos que ¡Ya se
arrasaron los bosques de la selva alta! Y, seguimos indiferentes viendo lo que
ya se está haciendo con los bosques de la selva baja.
No olvidemos que la
AMAZONÍA es el PULMÓN DEL MUNDO, y el ritmo acelerado de deforestación está
poniendo en serie riesgo la existencia de la especie humana.