Así tenemos, por ejemplo la Comunidad Nativa Esperanza, ubicada en la boca
del río Aipena, quiere constituir una asociación de pescadores para cuidar las
fuentes de agua que (ríos, quebradas) para hacer frente a la depredación provocada
por los pescadores informales. La asociación APACSAM de Alto Moena está
reforestando las chacras con plantas maderables y con aguaje para preservar las
quebradas de la zona y combatir las peligrosas consecuencias del cambio
climático. Hay muchos otros ejemplos de este tipo.
Varias comunidades han puesto como objetivo principal la reforestación de
sus chacras y la Pastoral de la Tierra acompaña y asesora esta iniciativa que
va desde el proceso de construcción de viveros, su respectivo manejo e incluye
la capacitación en producción y manejo de plantones forestales,
recolecta y siembra de semillas de especies maderables. Actualmente, algunos grupos
organizados de las comunidades están trabajando este tema de la reforestación: la comunidad de Independencia en el Valle
del Shanusi; los grupos de campesinos de las comunidades del Valle del Shishinahua:
Angamos, San Antonio y Nuevo Iquitos. Estas cuatros comunidades se
encuentran más o menos en el mismo nivel de avance. El deseo de los socios es
sembrar semillas de especies maderables: tornillo, capirona, marupa, cedro,
entre otras.
El trabajo en los viveros compromete mucho a los
campesinos por el cuidado que requieren los plantones para que
puedan desarrollarse bien y luego ser trasplantados definitivamente en campo.
La Pastoral de la Tierra seguirá acompañando a estas y más comunidades que
apuestan por la reforestación, porque es una de las maneras más efectivas para
proteger nuestra tierra amazónica.
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