
Con la nueva ley
forestal, Ley N° 29763, el Estado facilitó a las Comunidades Nativas, posesionarios, Caseríos poder acceder a los bosques y aprovecharlo adecuadamente a través de los
DEMAS (Declaración de Manejo Forestal); pero vemos en estos últimos tiempos la creciente salida de madera de las comunidades y debe ser porque es más fácil esta modalidad de extraerla y movilizarla.
A nuestro modesto análisis, vemos que los DEMAS no están
siendo una solución para que las comunidades puedan manejar sus bosques adecuadamente,
siguen existiendo los terceros; junto a ello ha aumentado el tráfico de madera, el blanqueo de madera, ya que el DEMA, no necesita de muchos requisitos para
obtenerlo, entre ellos, no requiere regente, tiene vigencia hasta de tres años.
Además, con un DEMA se puede mover 650 m3 de madera que
equivale a un promedio de 143 000 pies tablares, un aproximado de 15 cargas.
Consideramos que el problema se da por el escaso o nulo MONITOREO por parte del ARA, quien debería verificar si toda la madera permitida en el DEMA sale del lugar descrito en el documento.
El DEMA ha sido puesto en la ley forestal como una oportunidad para las comunidades, pero para que se salvaguarde los bosques, los ecosistemas, se debería complementar obligatoriamente con la educación, con el conocimiento suficiente de los miembros de las comunidades en el manejo forestal, implementar los comités de
vigilancia comprometidos en el cuidado del territorio y no en las conveniencias y fortalecer la gobernanza local en un marco de transparencia.
Debería ir desapareciendo esa frase que nos sigue crucificando "hecha la ley, hecha la trampa". El tema pasa por ser honrados con este territorio que nos cobija pero se le va agotando sus capacidades que en definitiva afecta a todos.
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