Mientras resultan cada vez más evidentes las consecuencias del cambio climático sobre los sistemas mundiales de producción de alimentos, queda mucho por hacer para aprovechar el potencial de la agricultura para mitigar el calentamiento global, según un nuevo documento de orientación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La agricultura es responsable directa de más del 10% de todos los gases de efecto invernadero de origen humano (GEI), según datos de la FAO. Pero la mejora de las prácticas agrícolas ofrece la posibilidad de reducir estas emisiones y retener el carbono atmosférico, al tiempo que se incrementa la resiliencia de los sistemas de producción agrícola, según el documento: Planificación nacional para la mitigación de los GEI en la agricultura, publicado por el Programa de Mitigación del Cambio Climático en la Agricultura (MICCA, por sus siglas en inglés).
Pero al mismo tiempo, advierte la FAO, los avances en la elaboración de planes de mitigación de los GEI en la agricultura -así como en la asignación de fondos para proyectos de cambio climático en el sector agrícola-, dejan mucho que desear.
El documento de orientación tiene como objetivo ayudar a solucionar estas deficiencias proporcionando asesoramiento gradual y ejemplos de planificación nacional para la mitigación de los GEI en los sistemas de producción alimentaria, así como poner de relieve las oportunidades de los países en desarrollo de conseguir financiamiento para hacer frente al cambio climático en la agricultura.
En primer lugar, las iniciativas de mitigación en la agricultura deberían realizarse en el contexto de apoyo al desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria, debiendo los planificadores aclarar desde el principio cómo la mitigación contribuye a los objetivos nacionales de desarrollo, indicaron.
La planificación participativa y la cooperación intersectorial serán importantes para el éxito de los planes de mitigación vinculados a los resultados de desarrollo, añade el informe. Los agricultores y otras partes interesadas deben participar en el establecimiento de objetivos, acciones y metas, tanto para generar apoyo como para mejorar la eficacia de las políticas planificadas.
Otro paso clave es identificar las barreras que impiden la adopción de prácticas de mitigación por parte de los agricultores. Muchas de las prácticas agrícolas que pueden mitigar el cambio climático son ampliamente conocidas. Las políticas eficaces tienen que identificar por qué los agricultores no las adoptan y trabajar para eliminar las barreras y facilitar un uso más extenso de las mismas.
Algunos países están apoyando actividades de mitigación en la agricultura, principalmente a través de las líneas presupuestarias y políticas nacionales que aprovechan la inversión privada. En muchos otros países, sin embargo, un objetivo importante en la planificación de la mitigación es atraer el apoyo financiero internacional, haciendo coincidir las prioridades de las instituciones internacionales de financiamiento con elementos específicos de los planes nacionales de mitigación del cambio climático.(Fuente Agronegocios)
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