16 - 17 DE OCTUBRE DEL 2012
ACOMPAÑAMIENTO DE LA DEFENSA DEL TERRITORIO
Voluntad de trabajar por la defensa del territorio participación con responsabilidad, compromiso, sentir parte de la familia de defensa del territorio.
Momento de oración, se lee el Doc. de Aparecida, se reflexiona y se comparte como nos estamos comprometiendo con este mandato de la Iglesia y que recursos personales y parroquiales tenemos para asumirlos.
Voluntad de trabajar por la defensa del territorio participación con responsabilidad, compromiso, sentir parte de la familia de defensa del territorio.
Momento de oración, se lee el Doc. de Aparecida, se reflexiona y se comparte como nos estamos comprometiendo con este mandato de la Iglesia y que recursos personales y parroquiales tenemos para asumirlos.
OTRO MODELO DE DESARROLLO ¡SÍ ES POSIBLE!
La Amazonía caracterizada por el verdor de sus bosques y
el serpentear de sus ríos y quebradas, la diversidad de ecosistemas muy ricos
en biodiversidad, está pasando uno de sus momentos más críticos de destrucción
por la acción irresponsable de todos los que la habitan de manera permanente,
temporal o casual; en el campo o en la ciudad; ciudadanos y ciudadanas de a
pie; gobernantes de los diferentes niveles de gobierno, funcionarios,
empresarios, etc.; quienes con más o
menos responsabilidad, olvidan, ignoran o intentan ignorar la fragilidad de los
suelos amazónicos y las consecuencias de su mal uso y manejo.
Hna. Lucero Guillén Cornejo -Coordinadora del Proyecto Pastoral de Tierra. |
En el territorio
que comprende el Vicariato Apostólico de Yurimaguas, dividido en varias parroquias
para su mejor atención, se asienta una numerosa población ribereña y nativa, cuya vida desde tiempos
ancestrales, se desenvuelve en sus
respectivas comunidades muy cerca de las riberas de los ríos y quebradas y de
los extensos bosques primarios, los mismos que se constituyen en fuente de vida
por todo lo que les oferta: agua, alimento, aire, medicina, materiales para la
casa, etc.
Estos lugares muy
ricos en recursos naturales, que hasta hace algunos años atrás eran ignorados y
excluidos de toda política de intervención, hoy son a propósito visitados,
visibilizados, y colocados en la agenda de los gobiernos, empresas,
asociaciones, migrantes y acaparadores de tierras; mientras que su población
rural caracterizada por la pobreza es intencionadamente ignorada, y presionada a reducir sus espacios de vida o a
migrar a las ciudades, y siempre en condiciones de desventaja y precariedad. Taller de Facilitadores |
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El modelo extractivista aplicado
permanentemente a la amazonía debe ser sustituido por otro que preserve la
naturaleza y el medio ambiente con don de nuestro Creador y deje de atropellar derechos, dignidad, sueños y esperanzas de las poblaciones rurales que día a día reclaman el derecho a ser reconocidos, valorados e incluidos en la agenda nacional, regional, provincial y distrital, y no ser solo pensados en orden al despojo sus tierras, que son el único medio de vida que poseen.
Como aconseja el documento de
Aparecida, se debe “buscar un modelo de desarrollo alternativo, integral y solidario… que
supere la forma utilitarista e individualista actual.” (DA 474). Este
modelo urge crearlo incluyendo como pilares primordiales la participación de los
actores principales (población ribereña
y nativa) y sus saberes que hasta ahora han permitido conservar las riquezas de
nuestra amazonía para bien de toda la humanidad, y han resistido a las
presiones del modelo extractivista el cual pretende pasar como una aplanadora y
desaparecer todo cuanto existe: cultura, riquezas naturales, poblaciones, etc.
En
este contexto, vale hacer actual la exhortación de la Carta de la Tierra hecha
el año 2000: Estamos en un
momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe
elegir su futuro … O se
cambia el sistema de vida en amplios grupos humanos —principalmente en los
países ricos— , o el mundo relativamente en pocos años puede perecer. La
alternativa es nuestra: de los humanos. Hoy no podemos eludir el reto.
Concluyo este artículo haciendo
memoria del P. Pío Zarrabe cp., en su tercer año de vida en el regazo del
Señor, impulsor de la Pastoral de Tierras del Vicariato Apostólico de Tierras y
cuyas palabras escritas en los folletos que solía editar nos hace vibrar el
corazón y admirarlo por el gran amor y servicio fiel al pueblo que Dios le
encomendó: “ La Iglesia nunca se opone al verdadero progreso del
pueblo, pero quiere que ese progreso sea igualitario, compartido, no progreso
para unos y miseria y explotación para la mayoría…El honor más grande que
podemos dar a Dios, es respetar a toda criatura y defender sus derechos cuando
están amenazados. Dios, de su parte, toma como su mayor gloria y alabanza, que
el hombre y la mujer vivan con dignidad. “ (La tierra es nuestra madre sagrada,
feb. 2008).
Fecha: 08/11/2012
Lucero Guillén Cornejo.