Es una dolorosa verdad de Perogrullo que el Perú está expuesto a diversos desastres naturales. El fenómeno de El Niño, los friajes, las lluvias y huaycos, así como los sismos, son efectos de la naturaleza que causan grandes pérdidas humanas y económicas e impactan en el devenir social y político.
De aquellos fenómenos recurrentes, cabe destacar El Niño. Una vieja leyenda narra que alguna vez hubo un curaca en las regiones que hoy son Lambayeque y La Libertad y quien tuvo la ocurrencia de modificar la iconografía y los atributos de las representaciones de sus dioses. Poco tiempo después, se produjo un Niño de enormes magnitudes. El curaca fue culpado del desastre, vio perder su prestigio como intermediario de los dioses y, por cierto, fue reemplazado.